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martes, 12 de marzo de 2013

Esperando el colectivo



   El silencio es una manera elegante de mandarte a cagar. me gusta lo sutil, y a veces es mejor eso antes que armar quilombo. Si fueras un desconocido no habría problemas, seguiría caminando y listo, pero no sería justo porque aquel par de palabras alcanzaron para crear un vínculo... y me enseñaron que de eso y del ridículo no se vuelve. Esperamos hace quince minutos, y creo que me caes bien, aunque tengo miedo de ilusionarme para después tirar todo por la borda.
   Por suerte el 521 es de los que más tardan, porque no quedaría mirándote cada mañana antes de ir al trabajo, pero esa voz chillona y estúpida intención de no callarte ni un minuto hacen que no den ganas de matarte con la indiferencia.

    Me molestan las charlas fuera de contexto, esos momentos incómodos en los que cualquier NN se te acerca a comentar durante decenas de minutos la odisea de esperar el colectivo.

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