¿Por qué las cosas siempre tienen que ser como uno teme que sean?
Que la puta tostada caiga siempre del mismo lado no significa que una
vez no pueda hacernos el grato favor de cambiar su rutina. Estamos en
el momento decisivo, con ese nivel de éxtasis incluso parecería que
toda nuestra vida dependiera de ello; sabemos que existen grandes
probabilidades de que perdamos aquella batalla contra la voz
repetitiva del destino, pero confiamos estúpidamente en que hoy sea
diferente. Ahí es adonde dirijo mi atención. No hay nada,
absolutamente nada, que te haga pensar lógicamente que algo que vino
sucediendo de determinada manera vaya a cambiar.
Si, cual madre de adolescente virgen, la mosquita se empeña en
cagarte la noche con ese zumbido infernal, ¿qué carajo te hace
pensar que hoy va a cometer la gentileza de picarte directamente para
que puedas dormir lo más tranquilo? Fácil, porque sos un Pelotudo que
cree que la vida es un juego. Mentira, es lo mismo todo el tiempo.
Siempre te muestran las mismas figuritas y vos no hacés más que
mirarlas y decir “okei, ya te agarré la mano, siempre vas por A,
hoy vas a ir por B”… FORRO, ¿¡Tan difícil es pensar que de
nuevo va a ir por A?! Sí, claro que sí, porque no nos gusta lo
previsible y queremos que las cosas sean lo más dramáticas y
complejas posibles.
No tires al gato por la ventana esperando a que caiga de espaldas y
se haga concha contra el asfalto. No esperes a que mamá venga y te
diga que está encantada con tu nuevo novio (ella odia a tus novios).
No repitas como loro que tu hermano menor es un dulce porque jamás
te lo vas a creer. Menos que menos grites en la calle que por fin
encontraste a tu príncipe azul, porque este también te va a cagar
con tu mejor amiga (sorry). Tampoco adelantes quince minutos el reloj
creyendo que eso te convertirá en mister puntualidad.
No busques agujas en el pajar, nadie en su sano juicio guardaría una
aguja en un pajar. Él no va a dejar de ser celoso. Ella no va a
dejar de usar minifaldas para que tu novio le mire el culo. Él no
quiere decirte que sos demostrativa, quiere decir que sos
desesperada. No creas lo que más te conviene. No busques que la
realidad mute mágicamente porque a tu concha se le ocurrió que así
debía hacer. La puta tostada cae siempre del mismo lado. ¡ Punto!