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miércoles, 2 de enero de 2013

El mal de la soberbia



   Es muy fácil basurear a otro cuando sabés que es mucho más débil que vos. A todos nos gusta sentirnos superiores, poder ver alguna vez en nuestra vida por encima del hombro, pero no está bueno que la consecuencia de tales acciones sea hacer mierda a otra persona. Igual no lo podemos evitar, ese gen de cancherismo que se arraiga en lo más profundo del argentino, esa forma de encarar el mundo, de llevarse todo por delante. 
   Uno cree que lo puede manejar. Entra en la situación, mentalizándose con que nada de lo que le digan lo puede afectar. Sé que lo voy a lograr, no voy a caer en la misma trampa; hasta que de pronto la vena en el cuello toma ese color morado y se hincha hasta formar una ramificación de nuestro cuerpo... ramificación que por cierto representa todo el odio, la envidia, la crisis de autoestima en la que cae la personalidad. Él sabe que estamos en desventaja, y en lugar de irse -viendo que su victoria no tendría gusto a nada- se mantiene firme en su postura, y comienza a refregarnos por la cara cada una de sus virtudes. Es cierto que la respuesta correcta debería ser respirar profundo y mirar para otro lado, pero no, nadie en su sano juicio se comporta de esa manera. No seamos tontos, hasta yo le pegaría a alguien que se hace el superado cuando lo están criticando. Sin embargo, tampoco es justo convertirnos en carne de cañón.
   El canchero es el rey del mundo. Pisa como lo haría un dinosaurio, consciente de su imperio, sabiendo que nadie puede hacerle frente. Encima todo parece salirles bien, cada uno de sus argumentos está justificado en la realidad. Uno siente bronca, y la vena se hincha más. Queremos reprimirnos, no tiene que darse cuenta o si no es peor; pero es al pedo, reaccionamos como un chico de quince años, saltándole al cogote y lanzando trompadas que obviamente nunca llegan a destino. 
   No sé como se actúa con gente así, ni sé cual es la forma de discutirles sin ser uno víctima de su propio ataque. El cancherismo es una plaga que hace que uno se odie a si mismo. 

5 comentarios:

  1. Y así es, a nadie le gusta que le critiquen, pero como adoran criticar. Nunca había escuchado ese término argentino.
    Saludos desde México. ;)

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  2. Típico de nosotros, los argentinos, andar por la vida alegres enseñando lo que tenemos y queriendo superar al otro.
    Yo trato de no ser tan así, pero vamos, soy argentina y a veces cuesta... aunque hay que admitir que hay situaciones en las cuales nadie se salva de hacerlo.
    Sobre cómo tratar a esas personas cancheras?? (o que intentan serlo y fracasan)... jajaj creo que lo peor que le podes hacer a alguien así es no darle importancia... la mayoría de las veces están buscando que alguien diga "wow" o no sé... provocar a alguien hasta el punto en que el otro quiere re putearlo....
    Por más de que se te hinche la vena... tu cráneo esté a punto de estallar, hay que mantener la calma y hacer lo posible para no ponerse al nivel de ese idiota....
    En fin... relataste uno de los defectos más fuertes de nuestro país... buscar ser mejor que el otro o mejor dicho hacerle sentir a los demás que es así...

    Saludosss

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  3. Es cierto eso de los argentinos, como Colombiana mucha gente acá critica eso de ustedes jaja, pero bueno yo prefiero no generalizar. Sólo relájate, no le des importancia a eso, el que refriega sus virtudes a los demás no es más que un idiota que no se ha dado cuenta que es un simple ser humano como todos los demás, que le dan piojos, que caga, que se tira pedos, bueno ya sabrás. Además es más sabio el que permanece en silencio, más suena una carreta vacía que una carreta llena.

    Me gusta como escribes, le das ese aire de diario personal, me encantan los blogs así :) Gracias por tu comentario, me alegra que ta hayas identificado, pensé que era la única en blogger que la había pasado tan mal en año nuevo. Besos

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  4. "¿Por qué en Argentina hay tantos casos de sietemesinos?
    Porque ni su madre los aguanta nueve meses".(Broma)
    creo que esa mala fama es exclusividad de los porteños, por lo menos eso me han dicho amigos cordobeses que he conocido XD..
    Hablando enserio, creo que gente prepotente y arrogante hay en todo el mundo, sin importar nacionalidad o condición, me consta...y no hay que hacerse mala sangre con esa gente, hay que pensar que solamente son producto de la ignorancia..por lo mismo hay que ignorar o bien ironizar y filo..
    Bendiciones...

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  5. Eso pasa, que no les gusta que les critiquen, eso si..¡ELLOS QUE CRITIQUEN!

    besos

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